La Hora Blanca es un recital, un concierto, una obra de teatro, un libro sin páginas, una pieza de danza con demasiado texto, un bosque, un lago, un ciervo. Los poemas del libro En un lugar limítrofe abandonan el papel para convertirse en un acontecimiento escénico.
Desde la hora dorada del atardecer hasta los primeros rayos del alba, la voz poética atraviesa un bosque lleno de sombras. De ella tiran, por un lado, el deseo de una revolución de los afectos, y por el otro lado, el peso de la tradición romántica.